lunes, 8 de enero de 2007

Complejo de Edipo en la escritura


Pregunta de C: "Estimado Rodrigo, soy una chica normal, profesional y creo que bastante sana mentalmente, pero toda mi vida me he liado con hombres que adoran demasiado a sus madres y tienen que estar todo el tiempo pendientes de ellas, incluso en los momentos de intimidad me hablaban de ellas, o todos los fines de semana debíamos ir a comer a casa de sus madres. No quiero volver a repetir la experiencia ¿Se puede ver esto en la escritura de un hombre? Gracias por tu ayuda


Estimada C.

Claro que se puede, lo que tú mencionas como un apego exagerado de ex parejas tuyas a sus madres, que probablemente los fuerzan a dedicarles más atención casi que a su esposa o incluso a sus hijos, es una clara expresión de un Complejo de Edipo no superado o mal evolucionado. Sin embargo, previamente vale la pena realizarte una mínima advertencia: Además de revisar la escritura de tus futuras parejas para reconocer estos signos, no sería mala idea que te preguntaras a tí misma qué puede haber en ti o en tu estilo de establecer relaciones, que eliges precisamente ese tipo de hombres una y otra vez.

Bueno, te lo dejo para la reflexión, por ahora te explicaré brevemente qué es el Complejo de Edipo, y luego los signos que te ayudarán a reconocerlo en la escritura.

La palabra "Complejo" alude a un grupo de imágenes emocionales y sentimientos asociados a una vivencia afectiva muy intensa, por lo general ocurrida en nuestra infancia. El Complejo de Edipo hace referencia a los intensos afectos de un niño o de una niña entre los 3 y 5 años por el progenitor del sexo opuesto (El niño por su madre y la niña por su padre respectivamente).

Dice el mito del cual obtuvo su nombre el famoso complejo, que Edipo se enamoró de su propia madre y mató a su padre. En este entramado psicológico, el niño se enamora de su madre, abriga deseos de muerte hacia el padre a quien ve como rival y teme ser castigado por querer que éste desaparezca. Por el contrario, la niña se enamora del padre y quiere que la madre se vaya y se considera castigada - castrada simbólicamente - por no poseer pene. Ambos desean excluir a todos los demás de la relación que tienen con el padre que es objeto de su amor.

Estos deseos de muerte o desaparición del padre del sexo opuesto provocan un profundo sentimiento de culpa. Esta culpa inconsciente hace que el individuo desplace su iniciativa y curiosidad hacia ideales más deseables (como una pareja encontrada fuera de la familia por ejemplo) y hacia la realización de cosas. Así se olvida el Complejo de Edipo.

Ahora bien, si por algún motivo la madre o el padre siguen siendo omnipresentes en la vida del niño o de la niña respectivamente y el infante no desplaza su amor a otros objetos, este complejo puede no ser superado. El niño o la niña entonces, ven coartados sus impulsos por buscar una pareja fuera de sus hogares y se quedan a veces solteros o, si forman pareja, siguen manteniendo una relación de extrema dependencia o simbiosis con el progenitor deseado.

Por lo general, en los hombres esto se da como un intenso sentimiento de culpa por dejar a la madre, por no atenderla hasta en sus necesidades más mínimas o, en los casos más patológicos, por desear a otras mujeres y establecer una relación adulta con ellas. Se vuelve a repetir el deseo de excluir a todos quienes no forman parte de esta diada "madre-hijo", aun cuando estos sean la propia esposa, los hijos o incluso la vida profesional.

En la escritura de un hombre adulto esto se puede ver en variadas formas:
- Escritura Regresiva: Inclinación a la izquierda, trazos finales de letras que vuelven hacia la izquierda, trazos iniciales de letras excesivamente largos y/o adornados, con espirales, etc. -

- Margen izquierdo pequeño o ausente: Habla de extremo apego a la figura materna. Desde la Teoría sistémica esto se conoce como "Ausencia de corte con la familia de origen".

- Firma en que predomina el apellido materno. Este es más grande, más destacado o adornado respecto al apellido del padre.

- Escritura caligráfica: Pues nos indica que el sujeto repite el molde aprendido y es muy apegado a las tradiciones institucionales y familiares. Muchas veces se parecerá mucho a la escritura de un niño que sumisamente copia el modelo de caligrafía.

- Escritura Ornada: Las letras tienen adornos innecesarios y aderezos, lo cual nos habla de infantilismo y falta de evolución psicológica. También pueden darse casos en los que la escritura tiene una pomposidad tal, que se asemeja a las letras usadas en heráldica, lo que es signo inequívoco de apego a las tradiciones familiares.

Estimada C. con eso espero que ya tengas algunas luces, y puedas poner atención, al menos para no caer inevitablemente en otra relación como las que me describes. Si te vuelve a pasar... bueno, suerte también, aunque ese sería tema de otro blog.

Muchos saludos
Rodrigo Farías Veloso Psicólogo
U.Diego Portales Grafólogo
U. Autónoma de Barcelona

CURSO DE GRAFOLOGIA

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